Un compañero de Avesforum hace gala de su creativo humor con el siguiente relato:
Testsuo Takae, nacido en Tokio en el año 1903, es una de las figuras menos conocidas de la ornitología oriental. Esta circunstancia bien pudiera ser atribuible al significativo hecho de que Takae nunca publicó trabajo alguno, aunque sí realizó muy atrevidos y célebres comentarios, algunos de los cuales le ocasionaron serios problemas, que culminaron con su internamiento definitivo - a petición propia - en el prestigioso sanatorio mental "Funny Paradise", de Pearl Harbour. Aunque no es un hecho universalmente reconocido, se considera a Takae como el padre de la Ornitocriptofonía, esto es, la interpretación inteligente del lenguaje de las aves. Esta disciplina ornitológica suscitó desde su descubrimiento una fortísima controversia, hasta el punto de que un 99'99% de elenco científico la consideró "una completa mentecatez" mientras que el resto - o sea, Takae - un descubrimiento genial. No se alcanzaron posiciones intermedias. Los trabajos del controvertido Takae se centraron desde un principio en el lenguaje de las grullas siberianas. Tras décadas de arduo y solitario trabajo en remotas ciénagas infestadas de feroces mosquitos, logró averiguar que, tras el aparentemente monótono y estentóreo reclamo "kroó-kroó-kraá" que las jóvenes grullas emiten en sus áreas de invernada tropicales, se escondía en realidad un complejo argot - una chanza, diría Takae - dirigida a las grullas adultas, cuya traducción al idioma humano sería: "¡a Siberia va a volver tu padre!".
Espoleado por tan sensacional descubrimiento, Takae siguó analizando el lenguaje de estas fascinantes aves, descubriendo que los machos adultos, como signo del inicio del celo, entonaban una compleja melopea - una auténtica balada de aires regionales - que en opinión de Takae se transcribiría como: "Siberia patria querida, Siberia de mis amores, quién estuviera en Siberia, con nieve hasta los ....".
Desgraciadamente Takae nunca logró descifrar el significado de la última palabra, quedando su magna obra inconclusa. El ostracismo al que fué sometido por la comunidad científica y la heterodoxia de sus comunicaciones - enviaba sus manuscritos en botellas que luego arrojaba a la corriente del Kuro-Shivo - agravaron su ya mermada salud física y psíquica, por lo que decidió poner fin a una prometedora carrera de investigador independiente. Expatriado a Hawaii, falleció en diciembre del año 1941, no sin antes advertir que el grito de alarma del Charlatán Hawaiano (Passerinus advizorensis), un repetitivo "Torá-Torá-Torá", debía interpretarse literalmente como "¡que vienen los charlies!". Fiel a la Ciencia hasta sus últimos momentos, comunicó tan sorprendente e inextricable hallazgo al Director del Sanatorio Mental en el que permanecía internado, quién le respondió con un lacónico y condescendiente: "Forget it". Cumpliendo su último deseo, las cenizas del desdichado Takae fueron arrojadas al Pacífico desde el navío estadounidense USS Abbot & Costello.
Prof. Luis Carrera
Departamento de Ornitología Paranormal
Universidad de Krakatoa